martes, 11 de marzo de 2014

El francotirador paciente

Después del gran sabor de boca que me dejó 'El tango de la guardia vieja', tenía interés por leer en cuanto pudiera 'El francotirador paciente', la última novela de Pérez-Reverte. Y la oportunidad se presentó, como tantas otras veces, gracias a la Biblioteca de San Andrés-Torcal.

Sin haber investigado nada sobre ella, me esperaba una obra más extensa. Son trescientas páginas de la habitual edición de Alfaguara para este autor que se leen bastante rápido, por contener numeroso diálogo y por tirar de una narración ágil y dinámica. El cambio de registro es sin duda total con respecto a la historia que mencionaba antes. El blanco y negro de Niza y Sorrento se torna en toda la amplísima gama de colores que permite imaginar el trabajo de los grafiteros en pleno siglo XXI.

El paralelismo entre francotiradores y grafiteros está presente a lo largo de todo el libro. En él se utiliza como hilo conductor a Lex Varela, una editora de publicaciones artísticas que recibe el encargo de buscar a Sniper, un escritor de paredes que lleva la voz cantante en el mundillo. Y a través de la unión a la que parecen encaminados estos dos personajes se inicia un relato que al principio tiene tintes documentales, ilustrando al lector con todo lujo de detalles acerca del arte urbano y de todo lo que tiene de rebeldía, de transgresión y también, por supuesto, de talento, y que poco a poco, a medida que la protagonista se involucra en la investigación, va evolucionando hacia un thriller en toda regla, culminado además de una forma brillantísima, como hacía mucho tiempo que no sentía yo que se lograba el remate de una novela.

Me gustaría destacar también a un personaje secundario pero que tiene su peso en la obra y que me ha parecido de una caracterización magnífica: el conde Onorato, un taxista napolitano que me arrancó un par de sonrisas.

Y poco más. Pérez-Reverte vuelve a hacer gala de su solvencia y nos introduce en un ambiente que desde fuera tendemos a ver como marginal (y que tiene mucho de eso, y de automarginal incluso) pero del que analiza también una serie de matices que le permiten presentárnoslo como algo mucho más complejo. Recomendada.

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