miércoles, 22 de abril de 2015

Americanadas incluso fuera de Norteamérica

Detesto profundamente las americanadas, como ya quedó demostrado tras mi lectura de 'El ídolo perdido'. Respeto a quien quiera hacer de eso su medio de vida (en este mundo hay muchos millones de angloamericanos), pero a mí todo lo que los eleva a teóricos salvadores de la humanidad me produce mucho recelo. El presidente de Estados Unidos no es más persona que el de otro país solo por pertenecer a esa nación, por más que lo hagan parecer el rey del mundo. Solo he visto un par de películas de ese estilo, pero han sido más que suficientes para saber que no volveré a ver ninguna más.


Cuando me acerqué a 'El paciente' solo sabía que era un thriller. Tenía referencia de anteriores novelas de este mismo autor, pero su componente histórico me llevó a descartar empezar por la primera, como otras veces he hecho con otros autores para tener una visión global, por malas experiencias recientes en este sentido. De haber sabido que el presidente de Estados Unidos estaba en el centro de todo, seguramente también habría descartado esta, pero cuando lo supe ya era tarde para echarse atrás. Y no me arrepiento, sin embargo, porque he pasado un buen rato. Pero tengo claro que no está entre los cincuenta libros que más van a aportar a mi existencia, ni de lejos.

Nunca me habría esperado tampoco que un autor español escribiese como si se tratase de una traducción de un autor norteamericano, hasta el punto de encaminar hacia ello todas y cada una de sus ideas. Juan Gómez-Jurado afirma en una entrevista que ambienta su novela en Estados Unidos antes que en España porque aquí "no duraría ni dos capítulos". Si a esto sumamos que parece haber pensado antes en su historia como película que como libro, resulta evidente concluir que ha escrito para hacer un best-seller sin importarle sacrificar otras cosas. Lo cual, insisto, me parece muy respetable, pero también muy alejado de mis preferencias personales.

En definitiva, y como digo: ya hay bastantes americanos que pueden y saben hacer americanadas. Personalmente no estimo necesario que alguien de fuera (no ya español, sino de cualquier otro país) se sume también a ellas.

sábado, 18 de abril de 2015

Un año de la muerte de García Márquez

Un año después de su muerte, y pendiente de acercarme a su obra aún, más allá de la lectura académicamente obligatoria que tuve que realizar de 'Crónica de una muerte anunciada', quería recordar estas palabras de Gabriel García Márquez que me impactaron especialmente:

"Yo desde que nací sabía que iba a ser escritor. Quería ser escritor. Tenía la voluntad y la disposición, el ánimo y la aptitud para ser escritor. Siempre escribí, nunca pensé que pudiera hacer otra cosa. Nunca pensé que de eso pudiera vivir. Estaba dispuesto a morirme de hambre, pero a ser escritor".

martes, 14 de abril de 2015

Khimera

Después de la gran revolución lectora que me supuso particularmente la trilogía 'Versos, canciones y trocitos de carne', tenía claro que lo próximo de César Pérez Gellida, fuese lo que fuese, iba a caer en mis manos a la mayor brevedad. Solo cuestiones de fuerza mayor impidieron que pudiese hacerme con ello el mismo día de su lanzamiento, pero en cuanto tuve ocasión, adquirí la novedad en la librería del pueblo, apostando así también por el comercio local, tan frecuentemente vapuleado.

Y naturalmente, la adquirí sin saber nada de nada. Solo tenía la ligera referencia de un tuit del autor, que afirmaba que no sabía muy bien en qué género incluirla, o algo así que no recuerdo exactamente. Ya tras tenerla en mis manos, y aun sin querer leer conscientemente nada de la contraportada o de la introducción, vi por ahí algo de año 2054, e intuí que se trataría de algo futurista.

Y efectivamente. 'Khimera' es demasiado futurista, que de entrada es algo a lo que ya me cuesta trabajo enfrentarme, pero además, es demasiado bélica. Y el género bélico a mí me sobrepasa por completo. Todavía puedo acercarme a novelas sobre la Guerra Civil Española, por lo que tienen de histórico, y de hecho me ha resultado de gran interés alguna, pero esto de que nos traslademos a dentro de cuatro décadas y que lo único que haya en el planeta sea devastación por todas partes, independientemente de que pueda o no acabar convirtiéndose en real (de hecho muchas veces parece que caminamos sin remisión hacia ello), a mí me tira mucho para atrás como planteamiento inicial.

Por suerte, esto no está escrito por cualquiera. Ese mundo completamente nuevo ha sido ideado y recreado por un tipo cuyo talento es innato. Por un escritor que, sin proceder del mundo de la escritura, supera con creces a muchos mal llamados literatos. Por alguien que si tuviera la nacionalidad de las barras y las estrellas probablemente ya ostentaría la consideración de dios. Por un devorador de la imaginación, que no escribe una frase que no esté prolijamente documentada. Y todo eso ayuda a digerirlo mucho mejor, aunque por momentos el lector se encuentre perdido y no sepa qué derroteros va a tomar la cosa. Porque con Pérez Gellida los lectores adquieren relevancia y se sienten considerados, creándose una relación muy poco habitual y muy difícil de conseguir, sobre todo cuando no son pocas las personas que se acercan a su obra. Pocas notas del autor he tenido la oportunidad de leer tan sinceras y tan consideradas para con los que están al otro lado como la que pone colofón a esta obra.

Pero a pesar de estar ante quien estamos, y aunque me gustaría decir otra cosa, 'Khimera' no me ha enganchado ni de lejos igual que la serie anterior (que por cierto, ya tiene anunciada su continuidad para dentro de unos meses). Es más, por momentos se me hizo demasiado dura e incluso llegué a aburrirme. Pasada la mitad de la obra (aproximadamente en torno a la página 320 de las 544 que oficialmente contiene), escribí en Twitter que lo único que llevaba claro hasta ese momento era el talento del autor. "Es Gellida, seguro que lo sabe acabar bien", pensaba para mis adentros. César leyó ese tuit (omnipresente en las redes sociales, lo que se añade también como positivo a todo lo dicho sobre él anteriormente) y me aseguró que al final, todo encajaba. Y así fue, sorpresón incluido.

Por otra parte, la redacción de 'Khimera' no es perfecta, o no tan perfecta como me lo pareció la de la trilogía. Parece estar escrita más rápido. Con la impresión de tener que entregarla para ayer y no haber dado tiempo a hacer una revisión final todo lo profunda que debiera ser. Sé que esto es ser ya demasiado quisquilloso, pero con César Pérez Gellida debo serlo, y estoy seguro de que él lo entenderá de forma positiva, porque en alguien capaz de tanto tan bueno no caben deslices. Un ejemplo gráfico de esto: hay un error en el índice, al menos en el ejemplar que me tocó en suerte. Los "intérpretes principales" remiten a la página 11, pero allí lo que está es el prólogo de Norberto López Amado, que el índice sitúa en la 15, donde sí que están los intérpretes principales. Nada de importancia, pero contrario a un lector tan cuadriculado como yo.

Recomendaría 'Khimera' a los amantes de la ciencia-ficción, del futurismo y de la acción de este tipo. A aquellos que disfrutaron plenamente con la trilogía pero no gustan de estas manifestaciones literarias, les diría basándome en mi experiencia que esperen tranquilamente a que Ramiro Sancho vuelva a hacer de las suyas, y que en todo caso, más adelante, con tiempo y seguramente en edición de bolsillo, o de la biblioteca, le den la oportunidad.