jueves, 5 de diciembre de 2013

Sorry

Hace cinco minutos que he terminado de leer 'Sorry', de Zoran Drvenkar. 691 páginas electrónicas ante las que me enfrentaba sin más referencia que este tweet de @ricardo_bosque que en su día, como suelo hacer con muchos que contienen recomendaciones, guardé en el listado de favoritos esperando la ocasión propicia para hacerme con él.




691 páginas electrónicas que me han absorbido desde el principio. Con un ritmo muy constante de atención, sin apenas altibajos. Una trama densa, bien construida, narrada de una forma absolutamente majestuosa, manejando los tiempos verbales con una soltura enorme, dando al lector solo lo justo en cada momento para mantenerlo ahí, para que no se pierda, para que esa incertidumbre permanezca, para que las ganas de seguir con la novela estén intactas.

'Sorry' me sirve bastante para ejemplificar las diferencias que a mi juicio hay entre una novela policiaca y una novela negra. Hay libros que pueden ser las dos cosas a la vez, pero hay otros muchos que son solo una cosa sin ser la otra, por más que a la hora de clasificarlos, las editoriales y la crítica en general los metan en el mismo saco. 'Sorry' no es una novela policiaca (aunque salen policías) y sí es una novela negra. Muy negra. Incluso me atrevería a decir que es algo más que una novela negra, que por su forma de enfrentarse a la muerte y de contarla se aproximaría más al gore, a algo que quizá sea demasiado exagerado para mi gusto, pero que sin embargo me ha parecido un ejercicio fabuloso de escritura, y por consiguiente de traducción, imprescindible para cualquier amante del género en cualquiera de sus variantes.

Con 'Sorry' he podido experimentar además a conciencia algo dificilísimo en los tiempos que corren, como es esperar a terminar la novela para ver la cara del autor. Hasta hoy solo recordaba haber hecho esto con Jesús Carrasco, el autor de 'Intemperie'. Se trata de algo complicado, incluso con autores que se leen por primera vez: normalmente, si el libro es de papel, siempre aparece una foto suya que uno no tiene más remedio que encontrarse antes de empezar la lectura. El hecho de enfrentarse a un formato electrónico, sin embargo, permite este "anonimato controlado", una manía como otra cualquiera que quizá los lectores compulsivos como yo puedan entender, y que aconsejo practicar. Y puedo decir que la cara de Zoran Drvenkar me ha sorprendido. No la desvelo por si alguien quiere hacer lo mismo que yo he hecho.

Sí. Ya sé que sobre el argumento he contado muy poco. A quienes estén habituados a pasar por este blog no les sorprenderá en exceso, porque suele ser casi la base de las reseñas. Y esta ocasión no va a ser una excepción. Con lo expuesto es suficiente para saber de qué tipo de libro hablamos y qué es lo que nos vamos a encontrar. Insisto pues, sin más, en la recomendación. Merece la pena acercarse a 'Sorry'.

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