martes, 23 de octubre de 2012

Literatura densa

Con ganas de salirme un poco de lo que venían siendo mis últimas lecturas, decidí adentrarme en la historia que el escritor malagueño Antonio Soler nos cuenta en 'Las bailarinas muertas', que había visto reseñado en uno de los blogs que recomiendo en este espacio, concretamente en 'Te quiero hablar de un libro' de @pequeherrera. Lo había visto reseñado pero no había leído con detalle la reseña, obviamente y como de costumbre, para acudir al libro sin saber nada. También tenía referencias de Antonio Soler gracias a los artículos que con frecuencia le leo en el Diario SUR, por lo que tampoco iba completamente a ciegas.

'Las bailarinas muertas' (1996), si no he deducido mal de la información que aparece en la contraportada (que desaconsejo totalmente leer antes de hacerlo con la novela), es la segunda obra del escritor, tras 'Los héroes de la frontera', y fue galardonada con el Premio Herralde en su día.

De no ser por la fiebre lectora que me invade, posiblemente no habría sido capaz de acometer en tan poco tiempo 'Las bailarinas muertas'. Se trata de un libro denso como pocos, cuya historia transcurre sin ni un solo punto y aparte a lo largo y ancho de las 250 páginas que la componen. Solo al final hay una pequeña separación, poniendo aparte una especie de apéndice que deja entrever un salto en el tiempo y da cuenta de algunos sucesos posteriores sin más. Desconozco por qué el autor no ha introducido las necesarias pausas, o si habrá sido cosa de la editorial Anagrama (aunque hace poco leí en una colección de formato similar 'Diario de Golondrina' y sí que las tenía). Podría haberlo hecho sin mayor problema, puesto que la acción que se narra no es tan continuada en el tiempo como para que pareciese abrupta una interrupción de vez en cuando. En cualquier caso, la lectura se hace bastante farragosa por este motivo, y la novela resulta muy dificultosa de seguir.



Salvando este artificio formal, nos encontramos ante una narración de verdadera maestría. Antonio Soler va mezclando sucesos acaecidos en dos escenarios diferentes (Málaga por un lado y Barcelona por otro) echando mano en todo momento de imágenes que se emparejan en ambos. En Málaga reside el protagonista, que cuenta la historia en primera persona remontándose a su niñez, y en Barcelona su hermano mayor, que emigra para poder cumplir su sueño de bailar y cantar en un cabaret. La soltura expresiva y la capacidad de engarzar los hechos hacen del autor un novelista de destacada factura, un literato en el más pleno sentido de la palabra, puesto que se apoya muy poco en el diálogo y mucho en la descripción para hacernos partícipes de lo que cuenta.

La historia es una historia de recuerdos, de despertares al mundo, de amoríos, de traiciones, de ilusiones y de falsas esperanzas. La parte de niñez me ha recordado un poco, salvando las evidentes distancias, a 'El camino' de Delibes. El relato que se desarrolla en el cabaret es quizá menos atractivo de leer, pero conserva también una cierta intriga hasta el final. 

El libro lo saqué de la biblioteca 'Narciso Díaz de Escovar'. Aquí está su entrada en el catálogo en esta y en otras bibliotecas municipales de Málaga y provincia, por si queréis haceros con él.

En cuanto a los datos técnicos, son exactamente 255 páginas y la editorial es Anagrama, como ya dije. He tardado en leerlo cinco días.

Os dejo también la reseña que hace mi amiga Reme en su blog 'Te quiero hablar de un libro', aquí. Ahora ya sí que la he leído completa.

Queda ante mí ahora el reto de enfrentarme a 'El camino de los ingleses'. Será en todo caso más adelante, ya que ahora necesito volver a variar de género.

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