martes, 1 de octubre de 2013

Particular visión del fútbol de finales de los ochenta

'El delantero centro fue asesinado al atardecer' es la decimocuarta novela en la que interviene Pepe Carvalho como protagonista, y es la decimotercera que tengo la oportunidad de leer, en mi afán de ir abarcando toda la obra de este singular detective de forma cronológica. De hecho, la única que me falta, 'Tres historias de amor', no se debe a otra cosa que a un despiste a la hora de seguir el orden.

Vaya por delante que, a medida que me he ido adentrando en la obra de Vázquez Montalbán, ha crecido en mí la estima por él, hasta situarlo ya actualmente en la categoría de genio. Para los amantes de este tipo de literatura, sus libros son imprescindibles, por el fondo y por la forma. Historias bien estructuradas, magistralmente ambientadas y con la extensión justa para que no dé la tentación de abandonar el libro. Y dotadas de una serie de lugares comunes que se repiten de manera sistemática, contribuyendo a dar una identidad indiscutible al personaje.

De manera inexplicable, no había hablado en ninguna ocasión en este espacio aún de la serie Carvalho. En ella, obviamente, hay obras mejores y obras peores. Pero todas tienen su incuestionable valor. La que ahora nos ocupa, seguramente es la que más me podía interesar desde un principio, por su temática futbolística, pero una vez terminada, creo que se queda sin superar (por poco) a la sublime 'Los pájaros de Bangkok', y está sin duda muy por encima de 'Los mares del sur', el Premio Planeta 1979 que consolidó al autor y que seguramente le permitió que Carvalho llegase tan lejos.

En 'El delantero centro fue asesinado al atardecer', nos situamos a finales de la década de los ochenta. El club de fútbol más importante del mundo (así es referenciado) ficha a un goleador millonario al tiempo que aparecen anónimos que aseguran que será asesinado. Y de manera paralela, un futbolista actualmente venido muy a menos ficha también por un club de categoría regional que lucha por eludir su desaparición.

Una de las cosas que más me llama la atención respecto a la narración de Vázquez Montalbán es la sensación que se tiene en ocasiones de estar leyendo un libro de nuestros días, a pesar de que existen dos décadas de diferencia. En esta ocasión lamento profundamente no haber ido tomando notas mientras leía, como hago en ocasiones, para poder ejemplificarlo de algún modo, pero aconsejo al futuro lector que lo haga si tiene la oportunidad, porque resulta realmente sorprendente. Así a bote pronto, recuerdo por decir algo predicciones sobre el mundo del fútbol, puestas en boca de personajes que viven de él, y que se han cumplido terriblemente en la actualidad.

También es interesante leer a Pepe Carvalho buscando sus lugares comunes. Personajes como Biscúter, Charo, Bromuro o el gestor Fuster; los momentos gastronómicos descritos con todo lujo de detalles; la quema de libros en la chimenea de su casa de Vallvidrera; las escenas de acción... Todo se repite invariablemente en mayor o menor medida, pero siempre creándonos esa incertidumbre de cuándo será la próxima vez.

En definitiva, una obra obligada para los seguidores del detective y amantes de la novela negra en general, y un posible buen punto de partida en el género para el resto de lectores.

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